Entre otras cosas, ese curso escolar ha sido el año de las despedidas, ya son 4 las jubilaciones a las que el Claustro de profesores ha asistido y tres artículos, contando el presente, a los que me he tenido que enfrentar para lanzar una despedida sincera a nuestros trabajadores.

Espero, José Luis, no  quedarme sin recursos para dedicarte unas palabras de agradecimiento por tu labor como conserje en nuestro centro.

Ya sabes, porque lo has vivido, que lo bueno de cumplir años es que vas ganando experiencia, madurez, conocimientos y llenando de vivencias la mochila de la vida, es lo que se llama «quemar etapas» y dentro de estas está, sin duda, el fin de la vida laboral, que debemos tomarlo como un comienzo para retomar planes y aficiones que quedaron pospuestos porque estábamos inmersos en los avatares y la vorágine de lo cotidiano.

La meta es partir, me decía no hace mucho un amigo, pero es más fácil si hacemos lo posible por dejar amigos en el camino, por saber o intuir que cuando alguien nos recuerde su rictus tornará apacible y sereno. Puedes retirarte tranquilo, José Luis, y empezar a descansar; aquí dejas un montón de compañeros que te recordarán con una sonrisa.

Pero antes de despedirte, queremos ofrecerte el mejor de nuestros regalos, nada material por otro lado, sino nuestra gratitud por tu trabajo y honestidad.

Ha sido para nosotros un privilegio, así como placer, compartir este tiempo contigo.

¡DISFRUTA DE TU NUEVA VIDA!

DAVID PÉREZ LÓPEZ

DIRECTOR