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Excursión a Carcaboso, Cáparra y Granadilla

El pasado miércoles 23 de febrero los alumnos de Latín de 4ºC y 4ºD hicieron una excursión a tierras caperenses para descubrir el pasado romano de la comarca. El tiempo acompañaba y la sensación de primavera adelantada se veía en la floración de ciruelos, escobas y jaras, con el desolador paisaje de una dehesa asolanada sometida a una terrible sequía. Esta ocasión nos acompañó Puerto, compañera de Orientación, quien aprendió y disfrutó como los demás alumnos de esta experiencia por los vestigios romanos.

El alumnado de Latín junto a Puerto, compañera de Orientación. De fondo los miliarios

La primera parada fue en el vecino pueblo de Carcaboso, por cuyo término transcurría la Vía de la Plata, según evidencian los múltiples miliarios que se han encontrado. Cuatro de ellos están expuestos en el denominado Parque de los Miliarios, dos exentos y otros dos formando parte de la decoración de la fachada de la remodelada iglesia. Una vez repartidos los folios con las transcripciones, los alumnos pudieron comprobar in situ los errores en los que muchos arqueólogos caen a la hora de hacer las lecturas de las piedras, ligaturas obviadas, interpunctiones que no aparecen, etc. Además, en el segundo de los miliarios se pudieron ver los restos de pintura roja con las que resaltaban las letras y el mal estado de conservación al estar divido por la mitad, sesgando parte de las letras, diciendo así:

Imp(erator) · Caesar / Divi · Nervae · fi(lius) / [Ner]va · Traianus / [Aug]ustus · Germa/nicus
· pontifex / maximus · tribuni/t(ia) · potestate · co(n)s(ul) / iterum · restituit / CIII
‘El Emperador César, hijo del divino Nerva, Nerva Trajano Augusto Germánico, pontífice
máximo, con potestad tribunicia, cónsul por segunda vez, lo mandó reparar. Milla 103.’

De los miliarios encastrados en la fachada de la iglesia se pudo observar el rebaje de la basa del miliario derecho y el estado deficiente de conservación del texto. A todo ello, los alumnos pudieron palpar y observar detenidamente todos los detalles a la lectura de los miliarios, comprobando la dificultad interpretativa que entrañan las mutilaciones y desgaste de las piezas.

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El alumnado viendo y oyendo las explicaciones sobre la villa urbana excavada

Tras media hora de estudio de los miliarios, partimos al segundo destino: Cáparra. Allí, después de una rápida visita al centro de interpretación y de visualizar el vídeo de recreación, pasamos a ver el yacimiento.

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El profesor de Latín explicando las diferentes estancias de las thermae

La primera parada fueron los restos de la necrópolis sobre la que está hecho el propio centro de interpretación, a las afueras de la ciudad. Es posible ver una tumba descubierta y restos en la superficie de otras varias.

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Comentando los suelos de mosaico y distribución de la villa

Seguidamente visitamos el anfiteatro, excavado hace pocos años y reconstruido, para comprobar la modestia de su hechura y el escaso uso que hubo de tener.

El camino entre el olivar nos lleva a cruzar la muralla junto a la puerta de acceso del sureste, franqueada por dos torreones de escasa altura, en cuyo suelo se ven las huellas del rodaje y tránsito en las lanchas y en los sillares almohadillados de la parte interna.

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Junto a la recreación del miliario de Nerón

Subiendo, siempre entre olivos, llegamos a una pequeño cerro desde donde se ve el arco tetrápilo y la zona excavada en general. Al bajar, fue obligatoria la parada ante la monumental villa urbana que abarca toda la manzana y el recorrido por la parte este de las termas, en el acceso nuevo y preparado para discapacitados que se abre desde el decumanus.

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Disfrutando del almuerzo saludable bajo junto al arco tetrápilo

Tras la interpretación de parte de las termas y contar la historia del miliario de Nerón, acudimos rápidamente al arco tetrápilo para almorzar de manera saludable bocadillos vegetales, fruta y frutos secos.

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Puerto señalando al foro de la ciudad

Algunas alumnas aprovecharon para visitar algunas ruinas del forum y otros para reponerse bajo los imponentes arcos del monumento que Marcus Fidius Macer dedicó a Bolosea y a Julia Luperca, según reza la dedicatoria que da al decumanus.

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Discipuli magisterque ante arcum Caparensem

Bajando de nuevo por el cardo maximus, contemplando las piscinas, tabernae, el puteus y los restos de la antigua ermita que se edificó en las termas, regresamos al autobús rumbo a la tercera y última parada: Granadilla.

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Vistas de la sequía en el pantano de Gabriel y Galán desde la muralla de Granadilla

Después de atravesar las maltrechas carreteras que unen Cáparra con Zarza y cruzar los desfiladeros pizarrosos que separan Zarza de Granadilla, llegamos al pueblo desangelado de Granada, disminuida en nombre y en personas por la Administración de diversas épocas.

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Epitafio de Betela, en Granadilla

Allí nos comunicaron que no había manera de ver el epitafio de Cilea ni el ara votiva al ignoto dios vettón Miraro Samaco Adualio, apenas las calles del pueblo y el castillo. No obstante, pudimos leer antes de la visita el epitafio del hijo de Ciliso y el de Betela que sirve de machera en una de las casas en la calle principal, con la siguiente lectura:

– – – – – – / Cilisi • f(ilius) / an(norum) LX / Boetela / Cili • f(ilia) [an(norum)] LI? / h(ic) • s(iti) •
s(unt) • s(it) [v(obis) t(erra)] l(evis) / Flavos / eq(ues) • patri / et • m(atri) • f(aciendum) • c(uravit)

‘… hijo de Ciliso, de 60 años de edad. Betela, hija de Cilio, de 51? años, aquí yacen. Que
les sea la terra ligera. El caballero Flavo se preocupó de hacerlo para su padre y su
madre’

Tras dicha parada, el alumnado disfrutó de las increíbles vistas desde el paseo de ronda y el castillo, los cuidados y pulcros huertos y la decoración ajardinada de las casas y los rincones habilitados del pueblo.

La excursión transcurrió sin problemas, con la asistencia de Puerto, quien, además se encargó de fotografiar gran parte del viaje mientras este Departamento daba las explicaciones y servía de guía en el yacimiento. El alumnado de Latín pudo valorar el estado de conservación de los yacimientos, saber interpretar monumentos, elementos de las calzadas e incluso algo de epigrafía latina, con la desazón e incomprensión de no poder acceder a más elementos por no estar excavados o por simplemente no dejarlos visitar por causas administrativas. No obstante, en una mañana se abarcó mucho territorio y puso en valor el patrimonio visitable de época romana que tienen a su disposición para futuras incursiones particulares y familiares.