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LITERATURA DE CIEGO, PERGAMINO ESCRITO

Como cada año, el Departamento de Lengua Castellana y Literatura, participó en el programa «Rutas culturales por Extremadura» que desde la Consejería de Educación y Empleo viene convocándose con el objetivo de fomentar los valores de los extremeños y afianzar su identidad  a través de la investigación, desarrollo y difusión de los rasgos sociales, históricos, lingüísticos y culturales», según se recoge en la Instrucción 23/2018 de la Secretaría General de Educación.

En esta ocasión y bajo el título «Por Coria, el Palancar y Cáceres: literatura de ciego, pergamino escrito» nuestros alumnos de 4º ESO B y C, el pasado martes 14 de mayo visitaron Coria, el convento del Palancar y Cáceres, aunando patrimonio y literatura , porque de eso trataba nuestra ruta: que nuestros alumnos conocieran los lugares que han visto nacer, vinculado o inspirado a autores y personajes ilustres de la literatura española y extremeña 

La mañana prometía y a primera hora partimos hacia nuestro primer destino: Coria. Tras un paseo por sus calles, visitamos su magnífica catedral y subimos a los más alto de la torre oteando desde allí, cual Fermín de Pas, la ciudad; posteriormente nos dirigimos al museo de la Cárcel Real en el que pudimos ver las celdas y mazmorras en la planta baja mientras que, en la segunda planta, encontramos una exposición dedicada a la festividad de San Juan.

Concluido el recorrido por Coria, en el que nuestros alumnos recordaron a Rafael Sánchez Ferlosio y algunas leyendas populares, nos dirigimos al convento del Palancar en Pedroso de Acim, conocido como el conventico, uno de los dos lugares donde San Pedro de Alcántara comenzó su vida eremítica construyendo un convento de muy reducidas dimensiones y donde podemos hacernos eco sus propias palabras: «Que en nuestros edificios resplandezca toda la probreza, aspereza y vileza». Allí se recordó la relación de este santo extremeño con los místicos españoles.

De mano de los monjes conocimos las instalaciones, explicándonos pormenorizadamente la vida del santo en  aquel convento que muchos consideran «el más pequeño del mundo».

Nuestra última parada tuvo lugar en Cáceres, ciudad Patrimonio de la Humanidad, capital de provincia emblemática que nunca decepciona. Caminar por su caso histórico, disfrutar de sus plazas y admirar sus museos leyendo a la autora extremeña Ada Salas, fueron nuestros principales quehaceres y placeres.

Para terminar, hacía calor, sí; pero es conveniente apostillar que la primavera llegada con gran fuerza y pujanza a estos tres lugares, el olor a naturaleza y la luz del sol hicieron de este día una jornada llena de apacible cultura.

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